viernes, 30 de diciembre de 2011

Primeros pasos de cantaor (I)


"La suerte me acompañó y de cobrar cinco duros para partir con el guitarrista, pasé a que me dieran mil quinientas pesetas por cantar una saeta desde un bacón sevillano", cuenta Centeno sobre sus primeros pasos en el cante.

"Vino luego el estreno de “La copla Andaluza” y actué con éxito grande muchas noches. Luego actué por toda España y fue para mí una gran alegría ganar en el año 1926 la copa Pavón, en reñida competencia con los mejores cantaores de España, como por ejemplo: Escacena, Cepero, el cojo de Málaga, niño de las Marismas, Vallejo, entre otros, y fuí por una saeta ganador de la copa Pavón."

Al destacar por saetas, a partir de 1922, año que alternó con el Niño Medina, se convirtió en el saetero más solicitado de su ciudad natal, Sevilla, para cantar en los balcones durante los desfiles procesionales de la Semana Santa.

Entre sus actuaciones de 1923, destaca su participación en las plazas de toros de Huelva y Málaga, alternando en la primera con Don Antonio Chacón, cantaor cuya escuela seguía, Manuel Torre, el Gloria y, en la segunda, con Manolo Caracol.

Al año siguiente, en Madrid, forma parte del elenco que representa la obra "Los chatos", de Muñoz Seca, en el Teatro Princesa, interpretando saetas, actuaciones que continua en 1925 compaginándolas con su presencia en el Teatro Romea, donde compite con Manuel Vallejo durante ocho funciones.

En 1926 realiza una gira con uno de los espectáculos organizados por el empresario Verdines, recorriendo la geografía española y finalizando en Barcelona. Al regresar a Madrid en Septiembre, concursa en la Copa Pavón ganando el citado trofeo.

Este mismo año, todavía canta en los madrileños escenarios del Teatro Romea, Monumental Cinema y teatro Fuencarral, en este ultimo reponiendo la obra “Los chatos.” Con otra obra de Muñoz Seca “La mala uva”, actúa en 1927, en el Teatro Alcázar de Madrid.

Lleva a cabo una larga temporada en 1929, en el Teatro Pavón, con la popular obra “La copla andaluza”. También en Sevilla, con la misma obra, en el Teatro Cervantes y en el Teatro el Duque, con Juan García Hierro y Manuel Muñoz ("Niño de los Billares"). También estrenó “Es mucha Sevilla” en el Duque.

Su trayectoria artística sigue su curso en giras con distintos elencos, compañías de comedias, incluso de zarzuelas, grabando discos y siendo cada primavera el intérprete de saetas más cotizado de Sevilla.

Vuelve en 1948 a los espectáculos flamencos con “Fantasía Andaluza”, siendo destacada de esta etapa de su vida artística su participación en los denominados “Toros y Cante” en 1951; “Así canta Andalucía” con Pepe Pinto y la Niña de Antequera en 1954; “Herencia de Arte” con la Niña de la Puebla y el Sevillano en 1955; y “Festival Nacional de Arte Andaluz” con Pepe Marchena en 1958.

José Blas Vega y Fernando Quiñones, en su trabajo “Toros y Flamenco”, resumen así su personalidad artística: "Centeno, cuyo renombre de cantaor llega hasta nuestros días, ya cantaba desde sus tiempos toreros. Se sentía orgulloso de ambas dedicaciones y cantó en su tiempo como uno de los estilistas flamencos más valorados y requeridos, llegando a llamársele el Emperador de la Saeta, aunque dominó muchos otros estilos, según lo atestigua su extensa discografía."

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